Por Mónica Venegas

No importa si te graduaste con honores o si fuiste un desastre en la escuela. Ninguno de ambos comportamientos son requisitos indispensables para alcanzar la riqueza. Sólo son un termómetro de nuestra conducta y dedicación durante nuestra estancia en las aulas. ¿Por qué entonces las escuelas promueven la excelencia a través de notas? Porque es la única manera que conocen de medir el aprovechamiento. Pero las notas no tienen nada que ver con las estrategias necesarias para sobresalir en la vida real. Entonces, ¿qué se requiere para lograr la Independencia Financiera alcanzada por el 4% de la población más rica del mundo?
p Identifica tu estrategia

Actualmente hay tres estrategias para obtener riqueza (que ninguna universidad enseña). Identificar la nuestra nos permitirá saber en dónde estamos parados y qué podemos hacer para revertir nuestra situación. Pon atención.

Estrategia 1. Es utilizada por el 96% de la población. Los expertos aseguran que esto nunca ha funcionado ni funcionará en un futuro. Se trata de intercambiar tiempo por dinero. Según las horas que trabajes, ganarás. ¿El problema? Que siempre se nos acaba el tiempo. Por eso nos volvemos esclavos del mismo. Y no podemos salir temprano del trabajo ni aunque nos lo propongamos. Mientras veamos tiempo disponible, es seguro que lo querremos utilizar. Es una pobre estrategia aprendida en la escuela. La frase que la distingue: “el tiempo es dinero”.

Estrategia 2. Es una estrategia más avanzada, pero sólo es utilizada por el 3% de la población. Se trata de intercambiar dinero por dinero. En otras palabras, inviertes dinero para obtener más dinero, como el caso de la Bolsa de Valores. ¿El problema? Es doble. Dependemos del dinero que nos “sobra” para poder invertirlo. O bien, una vez invertido, dependemos del comportamiento de los mercados (como la actual situación económica), pudiendo arriesgar seriamente nuestro futuro. Su frase distintiva: “dinero llama dinero”.

Estrategia 3. Es la más inteligente y libre de dependencias. Esta es utilizada por el 1% de la población que acumula el 96% de la riqueza mundial. Se trata de multiplicar nuestras ganancias (con el mismo tiempo) al generar múltiples fuentes de ingreso. Sí. Las personas emocionalmente independientes se aseguran de que su ingreso mensual provenga de diversas fuentes para garantizar riqueza aún en tiempos difíciles. La frase de esta estrategia: “multiplica y vencerás”.

¿Por dónde comenzar?

“Esto es difícil, pues nunca he desarrollado nada”-escucho cuando explico esto. Déjame decirte algo. La vida se trata de decisiones. ¿Sabías que no se requiere mayor esfuerzo para perseguir un gran sueño y generar abundancia que el que es requerido para aceptar vivir en el conformismo? Y sin embargo, la mayoría elegimos resignarnos, porque así programamos nuestro sistema de creencias. Hoy te invito a darle next! a tu ingreso actual. Pregúntate ¿qué soy capaz de crear?, ¿con qué habilidades personales cuento que puedan interesarle a un grupo en particular?, ¿qué producto, servicio o idea pueden generarme ganancias extras mientras continúo haciendo lo mío? Por último, la persona que acumula la riqueza no tiene que tener todo el conocimiento. Busca apoyo para generar nuevas opciones. Y no importa que no seamos del 1% que acumula el 96% de los ingresos mundiales. Siempre podemos mejorar económicamente si nos planteamos estas preguntas. Al final, la respuesta puede estar más cerca de lo que creemos. Como dijera Napoleón Hill: “Comienza por donde estás y con lo que tengas. Mejores herramientas irás encontrando en el camino.

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