Por Mónica Venegas

“¡Por fin lo había conseguido! La oportunidad de mi vida al fin había tocado a mi puerta. Tras meses de buscar la forma de generar un ingreso por mis propios medios para mejorar mi calidad de vida y darme mis gustos personales, finalmente había sucedido. ¡Después de todo, aún había oportunidades!”. – Pensaba Ana para sí misma mientras se preparaba para su primer día de trabajo-. De pronto, algo sucedió. Ana pensaba que nunca antes había hecho un trabajo como ese, al menos no en ese ramo de la industria. “¿Cómo le voy a hacer?”-pensó. “¿Y si no tengo las habilidades y me despiden? Y… ¿quién ayudará a los niños con las tareas si el trabajo requiere más de mi tiempo? Y cuando Carlos quiera salir de vacaciones yo no podré porque estoy trabajando. Definitivamente creo que no es un bueno momento para mí. ¿Cómo pude siquiera haberlo pensado? Esto es superior a mis fuerzas. Quizá más adelante lo haga” –Se decía Ana a sí misma mientras tomaba el teléfono para renunciar otra vez… antes de comenzar.

Por qué nos enganchamos?

La razón número uno por la que no obtienes el respeto por parte de quienes te rodean, la promoción que tanto deseas, fracasas constantemente en tus relaciones o estás triste la mayor parte del tiempo es el Autosabotaje. Sí, aunque sea difícil de reconocer, todos lo sufrimos. En mayor o menor medida, nadie escapamos. Como Ana, muchos de nosotros renunciamos antes de comenzar algo. Encontramos muchos pretextos y terminamos sintiéndonos como un fracasado más del montón. ¿Por qué el ser humano se engancha en esta dinámica incluso antes de probar de lo que somos capaces? Estudios dicen que el 99% de las personas se auto sabotean en su vida diaria. Por muy increíble que parezca, el fracaso está ligado a la sensación de satisfacción y seguridad. Al “fracasar” de niños, nuestros padres nos daban cariño y atención. Y muchos de nosotros repetimos la experiencia tratando de buscar inconscientemente esa aceptación. En mis seminarios, más de una persona me han preguntado: Mónica, “¿pero qué tiene de malo cambiar de opinión? (como Ana) ¿no puedo reprogramar mis metas para más adelante?” ¡Por supuesto que puedes! Pero existe un grave peligro emocional si postergas esas metas la mayor parte del tiempo. Te explico: Nos han dicho que la paciencia todo lo alcanza. Sin embargo, una meta tiene una fecha de expiración. Cuando racionalizas la inacción a una experiencia negativa, te estás diciendo a ti mismo: “Hice algo para merecer esto”. Esta creencia genera dependencia emocional y suprime temporalmente el dolor, el cual, encontrará otra salida en un futuro. Esta mentalidad, te permite “tolerar” situaciones que en lugar de fortalecerte, te quitan poder personal y disminuyen tu autoestima. Y esta sensación repetida de “yo no me lo merezco” puede generar altos niveles de depresión.

¿Cómo dejar de auto-sabotearme?

Si bien no es fácil darle Next! al Autosabotaje, hay tres comportamientos básicos para identificar si somos víctimas de él: Si después de varios años, te encuentras lamentándote por las mismas cosas. Si cada que planeas algo te encuentras frente a infinidad de excusas para no hacer las cosas en lugar de buscar opciones para hacerlas. O si te das cuenta que compartes constantemente tus fracasos, buscando “apoyo y comprensión”. Si bien identificarlos no resuelve el problema inmediatamente, el estar consciente de ello, podría cambiar tu actitud para siempre. Así que no tardes en reconocerlo, enfréntate a ti mismo y comienza a lograr tus objetivos desde hoy. Al final te darás cuenta de que es menos difícil de lo que tu mente lo cree. ¡Y tú te lo mereces!

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TESTIMONIO DEL LADO DERECHO (en recuadro gris): “Mónica es única. Me ha dado herramientas que me servirán en mi vida para romper con paradigmas que ya no necesito”. Elvira Zapata